Y yo lo vi con claridad: no. No quería un restaurante... No quería ser un chef. Solamente un cocinero. Y mis experiencias en Italia me habían enseñado por qué. Durante milenios, la gente había sabido cómo preparar su comida. Conocían bien los animales y qué hacer con ellos, cocinaban con las estaciones... Conservaban las tradiciones... La gente no tiene esa clase de cultura en la actualidad... y lo cierto es que, quienes la tienen, suelen ser profesionales como los chefs. Pero yo no quería esos conociemientos para ser profesional; sólo para ser más humano.
De nuevo Bill Buford en "Calor" (Anagrama, 2007)
¿No es realmente precioso...?
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