La máquina perfecta y su impacto social y económico
Prometimos volver con algo más en referencia a Raj Patel y su libro Obesos y famélicos. Pues aquí estamos.
Con la llegada de las fiestas de Navidad muchos de nosotros llenaremos las tiendas y las grandes superficies, en busca de regalos. Uno muy popular y recurrente, en el caso que no tengáis, sería una cafetera. Seguro que os decantareis por las Nespresso, marca que forma parte del conglomerado empresarial de Nescafé. En las tiendas de electrodomésticos estas máquinas han arrinconado todas las otras, ocupando aparadores y los mejores estantes, de forma muy prepotente. La máquina en sí misma no es el problema, ya que realmente hace un buen café. El problema es que con nuestra decisión se termina nuestra libertad de elección, ya que a partir de entonces deberemos pasar por “el tubo” y comprar el café que la multinacional nos venda. Por este motivo y otros, nuestra decisión tendrá un impacto más grande del que nos imaginamos.
Dejar que recurramos a Raj Patel , él nos explica el trayecto del café y su historia hasta nuestra cafetera: Un cultivador de café de Uganda dice “el agua sucia y oscura que tomais es la causa de mis problemas: no tenemos ni un duro. NO somos felices. No podemos comprar cosas básicas, nunca comemos carne, pescado, ni arroz, sólo moniato, frijoles y una especie de banana verde. Su situación se asocia directamente con el precio del café. Para ganarse la vida, este cultivador, ha de vender el café a 34 céntimos el kilo. Actualmente el precio oscila cerca de 14 céntimos.
El café empieza su viaje:
Este cultivador vende su café a un intermediario local de Uganda a 14 céntimos el kilo. Éste lo lleva al molino y lo vende a 19 céntimos. El molino lo procesa por 5 céntimos adicionales y este quilo ya cuesta 24 céntimos. Se envasa el café con un coste de 2 céntimos y se envía a Kampala, donde el café ya llega a 26 céntimos. Hasta aquí todo normal. Uno de los grandes exportadores de Uganda se da por satisfecho. Ha ganado un céntimo por kilo.
El café llega a Londres y ya cuesta 1,64 dólares el kilo. Se lo queda Nestlé, quien tiene una planta de procesado. En la puerta de esta planta el café ya ha superado 10 veces el que se pagó al cafetero pobre de Uganda. Aquí el café da el triple salto mortal, ya que cuando sale por la otra puerta de la planta de procesado de Nestlé, el café sale a 26,40 dólares el kilo. Es decir, 200 veces más su coste en Uganda. Y todo esto sin tener en cuenta que si compráis una cápsula monodosis os costará 32 céntimos.
Con Nespresso se terminó con la posibilidad de comprar café proveniente del comerció justo, se termina con la posibilidad de adquirir café cuando salimos de viaje, al mismo tiempo que dinamizamos la economía local. En definitiva, se termina con la posibilidad de terminar con la situación de penurias económicas que sufren los agricultores productores de café de muchos países en vías de desarrollo.
3 comentarios:
te felicito Valentí
pille el libro caso de coincidencia al pasar por una libreria y esta muy bien, ya me he leido gran parte de el, gracias por todo
Si es que al final todos vamos a parar a lo mismo. Eso es muestra de algo positivo, no ?
A mí lo que me da mucha grima es la de plastiquitos que se tiran a la basura por la forma pijotera de hacer los cafés individuales :(
No sé en qué pensaba el diseñador cuando se le ocurrió esa magnífica idea.
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